Hay dos caminos desde donde podemos vincularnos con el otro: el amor o el temor.
El amor no pide garantías. Se entrega. No calcula, no hipoteca el presente esperando resultados. El amor escucha, se expande, se queda cuando tiene sentido y se va sin destruir cuando el ciclo se cumple. El amor tiene raíz en sí mismo. Y por eso no mendiga, no vigila, no exi…
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