Hay gestos que parecen insignificantes para quien los presencia desde afuera. Pero desde adentro, desde el cuerpo que sostuvo el amor, que intentó comprender, que se deshizo explicando su herida, hay gestos que marcan un antes y un después. Devolver los regalos no fue despecho. Fue duelo. Fue cierre. Fue la manera más humana que encontré para decir: “ya…
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