Hay una herida silenciosa que se abre sin palabras, sin portazos, sin gritos. Es un golpe seco. No se oye, pero se siente. Se llama “bloqueo”. Y su símbolo es ese avatar que antes era rostro, gesto, humanidad… y ahora se vuelve una figura genérica, impersonal. Una especie de muñeco plano, sin alma, sin historia, sin vínculo. Una especie de desecho digit…
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