El cuerpo que se queda atrás cuando la mente corre
Hay una forma de cansancio que no se siente en los músculos ni en la espalda. Se siente en el alma. Es un agotamiento tenue, persistente, como un eco que nadie puede ver. Un cansancio de llegar siempre tarde, de correr sin saber por qué, de vivir empujado por algo que va más rápido que uno mismo. Como si la vida estuviera siempre dos pasos adelante. Com…
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a El Cartógrafo del Fuego para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.


