Sobre la relación eterna entre la parte que fue olvidada y la que elige volver a abrazarla
Hay gestos que no se olvidan, aunque no tengan palabras: Una mano que se retira. Un “no llores” que corta en seco. Un “quédate quieto” que congela.
Esas frases marcaron un límite invisible: “Hasta acá podés mostrarte.” Y lo que quedó afuera de ese permiso, fue arch…
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a El Cartógrafo del Fuego para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.