Mi cuerpo como una cascada de sal
The Cure → I Cure → mis lágrimas → mi cuerpo tocado
(Continuación de la nota Boys Don’t Cry)
The Cure?, el nombre de la banda escrito con signo de interrogación, introduce la pregunta por la cura. No es certeza, es grieta. Esa pregunta se enlaza con mi nota sobre las lágrimas como un posible pasaje de sanación, no plena, pero sí insistente.
I Cure (Ivo Dimchev): ya no es la pregunta, es el verbo, la enunciación: “yo curo”. Pero no necesariamente en un sentido totalizante, sino como acto performativo, artístico, corporal. El “I Cure” suena casi como un conjuro: una afirmación que cura al decirla, al cantarla. Como si el arte mismo fuera el gesto de la cura.
Mis lágrimas: yo no digo “yo curo”, pero mi cuerpo lo dice cuando llora. El llanto no cura todo, pero abre. Ahí se produce el pasaje entre “The Cure?” y “I Cure”: yo interrogo, y mi cuerpo responde, no con un concepto, sino con agua. Agua salada, lágrimas que limpian y liberan. Es mi modo de decir “I cure” en acto, aunque sin arrogancia ni certeza.
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a El Cartógrafo del Fuego para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.