Cuando el corazón se confunde y la herida se disfraza de generosidad, es momento de detenerse y mirar de frente el fuego que arde por debajo.
Hay momentos en que alguien siente que no tiene nada para dar. Que cualquier intento de acercarse a otro nace desde el hambre, no desde la abundancia. Y entonces surge la pregunta, punzante y silenciosa: ¿qué podrí…
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