Rechazar también puede ser un acto de amor propio
(y a veces, lo único que nos salva de desaparecer)
Vas por buen camino. Lo sé porque duele. Porque estás empezando a rechazar lo que antes soportabas en silencio. Y eso, aunque parezca pequeño, es una revolución porque:
Querés cambiar.
Querés esto y no aquello.
Querés un espacio diáfano y limpio.
Un trato digno.
Una conversación donde no tengas que reducirte para que el otro se sienta cómodo.
Querés víncu…
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a El Cartógrafo del Fuego para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.